ULTRA O EXTREMA ( extraido del blog de libertad digital )

Dos términos que se han convertido en rancios como cualquier otra muletilla, hoy en uso como el fascismo.          El fascismo se aplica a todo: ETA es fascista, la derecha es fascista, los franquistas son fascistas, también a cualquiera que tenga un comportamiento extraño o distinto, se  le aplica lo de fascista, sea del color político que sea, todos en el mismo saco.          Hay quien prefiere utilizar  los términos de ultra derecha o extrema derecha como algo peyorativo. Son de extrema derecha, los que no se encuadran de una cosa o de otra y que no tienen empacho en proclamar que no son ni de derechas ni de izquierdas, que se sienten españoles nacionales por encima de todo, pues esos son de extrema derecha o de ultra derecha. Los católicos cumplidores de su mandamientos, o son calificados de tontos o de extrema derecha. Los que no son marxistas,  tampoco anodinos de centro, sino que tienen su propia ideología llena de valores de Dios, Patria, familia, vida, orden, trabajo, educación, formación, libertad, criterio propio, amor al prójimo y todo aquello que constituyen valores nobles, son de ultra derecha.          Si nos vamos al diccionario de la Real Academia, ultra es un adjetivo que expresa más allá, que se emplea para calificar el máximo, lo mejor, lo superior, insuperable. Cuando por ejemplo: es algo más de lo normal como ultra congelado, logro que ha dado lugar a que tengamos los supermercados llenos de estos productos de máxima garantía para el consumo.                   Si analizamos el término extremo, es aplicable a lo más bueno a lo más extremoso en afecto y cariño, en donde aflora lo mejor de las personas.          El empleo hortera de nuestra hermosa lengua, puede que por ignorancia o falta de preparación y conocimientos en los individuos, se vienen  usando estos términos con ánimo de ofender al destinatario del calificativo, con la coletilla de derecha, es decir: es de ultraderecha  o de extrema derecha, cuando la realidad es que no son ni de derecha ni de izquierda, son nacionales cumplidores de sus deberes ante la sociedad y con la Patria.          En definitiva, por mucho que me he esforzado, no he podido encontrar en estos términos nada ofensivo y por lo tanto, me siento orgulloso de estar comprendido entre estos de extrema o ultra.          Lo mismo me ocurre con el término franquista, que también arrojan los incapaces contra aquella generación que llevó a España a las cotas más altas de orden, paz, prosperidad, respeto, prestigio internacional  y a la octava potencia económica del mundo. Claro está, que nos sintamos orgullosos de haber contribuido con nuestro esfuerzo al engrandecimiento de nuestra Patria, como cualquier español de la época en donde hasta los rojos eran franquistas. No nos pueden ofender los que están demostrando su incapacidad en todos los órdenes. A estos que el único calificativo que se le puede aplicar es el de incapaces por muchos títulos que exhiban o se arroguen y el de no ser nada.          Como hoy me siento colmado de tanta estupidez e incapacidad de todos los que cuando tenían los pañales en el culo, ya estaban luchando contra el régimen anterior; los que quieren ofendernos con esos calificativos, me declaro públicamente:  de extrema derecha, ultraderecha  y además franquista. ¡ARRIBA ESPAÑA!