HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE ( extraido del blog de libertad didgital )

HOMBRE RICO, HOMBRE POBRE

Muchos recordarán aquella serie de TV de gran éxito que mereció varios premios, pero no es mi intención hablar de ella, sólo voy a utilizar el título para este post.          También muchos somos los que recordamos el fatídico día que se aprobó la Constitución Española. Nosotros nos oponíamos a ella porque adivinábamos la maldad que encerraba en su texto, o mejor dicho vimos como sería el lamentar con el paso de los años. España se rompía en su unidad y establecía con el Estado de las Autonomías las grandes diferencias entre los españoles y de ahí el título del post. De la noche a la mañana dividíamos a España en hombres ricos y en hombres pobres. Ya no sería posible la igualdad entre los hombres y las tierras de España. No sólo se mantenían unos fueros medievales, sino que se creaban e institucionalizaban otros con la ocurrencia de las nacionalidades históricas que algún iluminado o mal intencionado, se sacó de la manga.          Unas regiones, que venían acostumbradas a un trato de privilegio porque hacia ellas se canalizaba por Ley el 40% del Ahorro español, es decir: toda España trabajando para ellas. Porque era una nación eminentemente agrícola con un sesenta por ciento de la población dependiente de esta actividad en una agricultura muy pobre de secano, que se iría trasformando con el esfuerzo de la creación de nuevos regadíos y saltos de agua para la producción eléctrica y, como es natural, se eligieron unas regiones que reunían condiciones idóneas para crear y desarrollar unas zonas industriales.          Cuando en España no había nada de nada que vender al extranjero, sólo se exportaba de Andalucía el aceite de oliva, de la que era primera productora del mundo; los ingresos que se obtenían iban a parar, no a su propio desarrollo industrial, sino que se destinaba a desarrollar la industria de las Provincias Vascongadas y Cataluña que a su vez importaba mano de obra del resto deprimido de la Nación. Así se siguió con un agro ya floreciente que se había convertido en la huerta de Europa y a la que se sumaron otras regiones productoras, pero principalmente fueron los cultivos de huerta, andaluces y murcianos, los cítricos valencianos y otros procedentes de un agro de regadío pujante pero el producto siguió canalizándose a estas regiones y otras provincias que se fueron industrializando como Madrid, Valladolid etc. etc…          Llega el turismo a la Costa del Sol, se convierte en la principal fuente de ingresos en la nación con los millones de turistas que vienen a disfrutar de nuestra gastronomía amabilidad de sus gentes y nuestro sol, superando todas las importaciones industriales y agrícolas, somos en los años setenta la primera en turismo y como antes el 40% de esos ingresos, se siguen destinando al desarrollo de las zonas industriales españolas.          El sacrificio de toda España, se hizo con plena conciencia porque por encima de intereses particulares estaba el bienestar de la España Una, que como ocurría  en cualquier familia - antes frecuentemente numerosas - a cada hijo, los padres le asignaban una ocupación para su contribución al bienestar familiar.          Pero he aquí la sorpresa, a esas diferencias, viene a sumársele  el disparate constitucional, que predica la igualdad y crea el cultivo opuesto de desigualdad entre los hombres y las tierra de España. Entramos en la de los privilegios y estas regiones siempre beneficiadas se envalentonan y se erigen en feudos que se creen suficientes para desprenderse de la raíz del árbol que las sustentó, que como el padre de familia, le había asignado ese papel dentro del seno familiar.           Un sistema de disparate, lleva a toda España al desastre pero he aquí la paradoja, se han creído ricos y han malgastado el dinero viviendo por encima de sus posibilidades estas regiones y ocurre que tienen que volver los pobres a pagar la ingente deuda que han venido construyendo con su locura independentista, los paganos de este desastre volverá a ser la España noble y trabajadora en inferiores condiciones quien aporte a la familia los medios para el sustento.          No caben discusiones con la conveniencia de eliminación del fatídico Estado de las Autonomías ni siquiera cabe la discusión sobre la necesidad de reformar esta Constitución de disparate, porque lo que está en juego es la Patria común de todos los españoles y ni personas, grupos o leyes pueden estar por encima de ella y su unidad.             Ya España no produce suficiente para mantener a las autonomías, nacionalidades y a la clase política. Que los políticos se dejen de sandeces, se olviden de sus espurios intereses y se pongan a trabajar, para deshacer  los entuertos que han originado con su egoísmo e irracionalidad a la Patria, durante los treinta y tres años que llevamos soportándolos. Se les entregó una nación unida y próspera, así la tienen que devolver y no la astracanada actual. La próxima exigencia nacional puede ser mucho más dura.          Por la España unida. ¡ARRIBA ESPAÑA!