A las diez de la mañana del día 31 de julio de 1941 toda la División estaba formada en el campo de Kramerberg, con lago de viento y una débil llovizna. En el campo un altar orlado en rojo y gualda y escoltado por cañones. A su espalda, mástiles con las banderas falangistas, tradicionalistas y germanas. Una compañía de honores de la Wehrmacht y su banda. Los estandartes alemanes buscan escoltados con sables desnudos la bandera española que porta el alférez Manuel Herrador; la bandera ha sido enviada por Franco. El capellán celebró la misa y bendijo la bandera.
Tras la ceremonia religiosa Muñoz Grandes se situó frente al jefe de la XIII Región Militar, general Cochenhausen, quien presentando su sable sobre el que el general español extendía su brazo izquierdo mientras alzaba el derecho para prestar juramento. Un oficial alemán leyó la fórmula mientras el coronel José María Troncoso la repetía en español:
¿Juráis ante Dios y por vuestro honor de españoles absoluta obediencia al jefe supremo del ejército alemán, Adolf Hitler, en su lucha contra el bolchevismo y que combatiréis como valientes soldados dispuestos a dar vuestra vida en cada momento por cumplir este juramento?
Todas las fuerzas levantaron el brazo derecho al Sí juro Después, el general Cochenhausen dio la bienvenida. Muñoz Grandes realizó un pequeño pero importante discurso y cerró el acto el general Fronm.
La División Azul desfiló de forma perfecta entonando el Cara al Sol mientras el sol empezaba a brillar en el cielo.
Ante ti, Adolfo Hitler, como jefe germánico, juro comprometerme con lealtad y valor. Pongo a Dios por testigo que he de honrar hasta la muerte tu nombre y las leyes de obediencia y fidelidad prescritas por tí.
Refª: La División Azul 50 años después de Francisco Torres.
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